Las postales de la Serranía del Ecuador capturan la magia silenciosa de sus paisajes y la dignidad cotidiana de su gente. Entre montes que respiran neblina, caminos de páramo y pueblos que parecen suspendidos en el tiempo, la vida se revela en gestos mínimos: una puerta que se abre al alba, una mula que regresa del campo, una abuela hilando memoria. Cada imagen es una invitación a la introspección, a mirar lo cotidiano con ojos nuevos y a descubrir en la serranía un territorio donde la belleza y la resistencia conviven en absoluta armonía.